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Rosa tiene 60 años y hace dos, que le contó a su hija Annia que se sentía mujer.

No perdió a su hija.

Annia tiene 15 años, y hace dos navidades, que su padre dejó de ser Ramón para convertirse en Rosa.

No perdió a su padre.

La relación entre ambas nos interpela como sociedad, rompiendo los estereotipos de familia, y de transexualidad adulta ligada a la soledad. 

En “Pink Dad”, me sentí profundamente convocada por la segregación “hombre / mujer - padre / madre” que estas dos mujeres desafiaban con su vínculo: Lo binario, lo jerárquico. El cuerpo, como construcción social y político. Un padre inicia el tránsito en compañía de su hija adolescente. No pierde su rol de padre, aunque ahora ocupe el rol de mujer en la sociedad. Es ahora Rosa, una mujer -trans-, a la que llaman papá. Dos etiquetas (mujer – padre), aparentemente inarticulables en el constructo social normativo de familia. Encontré en “Pink Dad”, un fascinante marcador de que otro mundo es posible.
La transexualidad, históricamente fotografiada en fotoperiodismo ligada a la soledad, o a la exclusión, ha promovido denuncia, pero
también ha pronunciado estereotipos negativos. En cambio, busco aportar con mi trabajo una visión positiva, respecto al imaginario
colectivo. Estas fotos las he concebido con el deseo de que la imagen contenga, y de alguna forma recalque, lo más primario de los seres humanos: Los vínculos. Quizá, los únicos capaces de acabar con la rígida división de roles y con los estereotipos que determinan la construcción de las identidades de género.

http://queer-festival.de/ausstellung-queer-identities-in-europe/

Rosa is 60 years old and two years ago, she told her daughter Annia that she felt like a woman.

She did not lose her daughter.

Annia is 15 years old, and two Christmases ago, her father stopped being Ramón to become Rosa.

She did not lose her father.

The relationship between them, challenges us as a society, breaking the stereotypes of family, and adult transsexuality linked to loneliness.

In “Pink Dad”, I felt deeply called by the “man / woman - father / mother” segregation that these two women challenged with their bond: the binary, the hierarchical. The body, as a social and political construction. A father begins the gender transit in the company of his teenage daughter. She does not lose her role as father, although she now occupies the role of woman in society. It is now Rosa, a woman -trans-, who is called papa. Two labels (woman - father), apparently inarticulate in the normative social construct of the family. I found in “Pink Dad” a fascinating marker that another world is possible. Transsexuality, historically photographed in photojournalism linked to loneliness, or exclusion, has promoted denunciation, but he has also spoken negative stereotypes. Instead, I seek to contribute a positive vision with my work, regarding the imaginary collective. These photos I have conceived with the hope that the image contains, and in some way emphasizes, the most primary of human beings: Links. Perhaps, the only ones capable of ending the rigid division of roles and the stereotypes that determine the construction of gender identities.

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